Los dueños de esta finca privada de verano ubicada en el barrio de Cascajos (Logroño) contaban con una amplia superficie exterior, pero lamentaban no poder optimizar su uso y disfrute durante cualquier momento del año. A partir de esa necesidad, querían un cerramiento práctico, que les permitiese aprovechar un gran espacio de terraza entre la propia vivienda y el jardín.
Para satisfacer esta necesidad, se planteó cerrar la terraza con un porche rústico de madera tratada contra hongos y humedades, y colocar una cortina de cristal por delante de los pilares, para así proteger y maximizar la durabilidad de la madera.
Asimismo, se aprovecharía al máximo el espacio de la terraza y se conseguiría la máxima apertura posible durante los meses de verano.
En el desarrollo de este proyecto se han empleado un porche de madera tratada contra hongos y humedades, y teja para la cobertura superior, y una cortina de cristal para el cerramiento móvil.